De aquel chaval que aparecía con la melena larga y las camisetas de tirantes al señor que ahora reina en las pistas de tierra batida hay un largo camino de evolución en el que una sola cosa está por encima de todo lo demás: lo básico. Mirada franca, muy castellana de ojos que todo lo ven. Vestido con una elegancia áspera, como su verbo.