Decimos QUÉ hacemos, a veces decimos CÓMO lo hacemos, pero rara vez hablamos de POR QUÉ hacemos lo QUE hacemos. El problema radicó en que se había definido por lo QUE hacía; hacía ordenadores, camiseta inter y para nosotros carecía sencillamente de lógica comprarle una agenda electrónica o un reproductor mp3. Cuando nos sentimos motivados, las decisiones que tomamos están en una mayor sintonía con lo que somos y no tanto con lo que son las empresas o productos que estamos comprando.