La sensación de volver a pasear entre las arterias de una ciudad así produce sensaciones que uno debe experimentar en sus propias carnes. Este ex soldado del ejército colombiano que posa subido a un pedestal como el David de Miguel Ángel perdió la mitad de la pierna izquierda al pisar una mina mientras hacían un batida por la selva erradicando cultivos de coca. De eso seguro que sabe más Paula, novia de mi amigo Enrique, que vive en Pekin.