Aún así, un bazar cercano a la calle Aragó exhibía su imitación en algodón -a 6 euros, mientras que el kit oficial con mochila costaba 15- sin pudor alguno frente a un amplio surtido de banderas. Sin embargo, la ropa no es exactamente la que llevaban puesta, de hecho, el equipo que organizó la exposición lo decidió así: “La ropa podría haber sido cualquier camiseta o cualquier pantalón, aún así nos hemos ceñido a colocar las prendas más parecidas a las que las víctimas especificaban en su relato”, ha puntualizado la directora del Centro de Educación y Prevención de Agresiones Sexuales de la Universidad, Jen Brockman.